El boom de redes sociales hace tiempo dejó de ser una moda para consolidarse como una tendencia. Cada una ha desarrollado una forma de representar la aprobación de los usuarios al contenido que otros generan. Fotos, texto, infografías, etc. Los recursos son variados y al fin aceptados o no por el público.
Facebook manifestó que las pruebas que inició en Canadá se extenderían a otros seis países incluido Brasil. Argumentan la necesidad de que los usuarios se conecten con las fotos y videos que con las llamadas métricas de vanidad. Sin embargo los efectos colaterales en los seres humanos y las marcas pueden ser positivos o negativos.
Una amenaza a la salud mental de los usuarios
No es un secreto que las interacciones que generan las publicaciones tienen algún impacto en quien publica. En muchas ocasiones, las interacciones o métricas de vanidad se convierten en un medidor de aprobación que puede afectar la salud mental de la persona. Según un estudio publicado por la revista Psychological Science, cuando los jóvenes reciben muchos “likes”, la recompensa del cerebro es igual que cuando se come chocolate o se gana dinero. El diario The New York Times planteó la posibilidad de que si ocultar las interacciones puede hacer que los usuarios sientan menos ansiedad.
Otro estudio publicado en la misma revista concluyó que no es posible determinar cuáles serán los síntomas depresivos luego del uso de redes sociales. Sin embargo, sí se pudo determinar que los síntomas depresivos presentes conllevan a un mayor uso de las redes sociales.
Si bien las redes sociales han crecido exponencialmente y han cambiado la forma en cómo nos comunicamos con los demás, juegan un rol muy importante en el comportamiento de las personas. Trastornos de ansiedad, depresión, estrés o intentos de suicidio son más frecuentes . Cada red vende su propuesta de valor, Instagram muestra felicidad, Twitter saca lo mejor y peor del debate con el otro. Al final esos modelos pueden terminar por afectar seriamente a las personas.
Ante esta situación no solo los usuarios resultan afectados de alguna manera. Las relaciones comerciales entre las marcas que usan canales como influenciadores así como estos últimos podrían resultar dañadas.
Influenciadores vs marcas: ¿a quién le conviene?
Es importante destacar que el objetivo de Facebook es que las personas consuman el contenido que generan otros usuarios sin preocuparse por los números en las interacciones. En ese orden de ideas, se convierte en un arma de doble filo. Puede que los influenciadores con gran cantidad de seguidores pero con engagement bajo se beneficie mientras que el que tiene pocos seguidores resulte perjudicado. Actualmente las agencias no se toman el trabajo de seleccionar adecuadamente los influenciadores y se dejan llevar por métricas de vanidad como los seguidores.
(Te puede interesar: cómo seleccionar una agencia.)
Por otra parte, las marcas tendrían menos idea del movimiento que puedan generar, en su canal correspondiente, el influenciador así que el proceso de selección resultaría ser más complejo. Sin embargo, respecto a los perfiles de redes de la marca podría ser beneficioso debido a los usuarios conectarían mejor con el contenido generado sin importar qué tan bien o mal ha rendido.
En estos casos sería primordial que cada plataforma dispusiera de un módulo de estadísticas extra para todos. Lo anterior permitiría tener estadísticas claras, reales y confiables.
La revolución de los productos que crean hábitos como las redes sociales moldean la forma en que las personas perciben las situaciones y cómo reaccionan ante ello. La salud mental del usuario puede resultar seriamente afectada por depresión o ansiedad. Por otra parte, las relaciones comerciales pueden terminar si no se encuentra una forma de ver y validar la información.
SI quieres aprender más, suscríbete para que te enviemos lo que publicamos semanalmente.