El pasado 27 de octubre finalizó otro proceso electoral en Colombia. Los resultados finales mostraron que el panorama político empieza a tener atisbos de cambio de los gobiernos tradicionales que han ocupado los cargos públicos más importantes del país.

En diferentes campañas los candidatos usaron estrategias alabadas por unos y discutidas por otros. Procesos vigentes, denuncias y noticias falsas fueron parte de la campaña sucia. Y es que son ese tipo de noticias lo que tanto daño viene haciendo a los procesos de elección en cada país.

En la era en la que el valor de los datos supera al petróleo, parece que el que no use este tipo de información en su campaña, se empieza a quedar atrás en el uso de todos los medios posibles para el fin. Eso no es que esté mal si la persona decidió permitir el uso de su información para tal fin. Sin embargo, cuando se usan métodos como el que encontró Cambridge Analytica para manipular a los votantes indecisos en favor de Donald Trump, las cosas toman otro rumbo.

(Te puede interesar: los datos superan el valor del petróleo)

[bctt tweet="Luego del escándalo en las elecciones de Estados Unidos que dieron como resultado la actual presidencia de Donald Trump vale la pena cuestionar si los procesos electorales seguirán siendo justos y libres." username=""]

La política de Facebook

El elector tiene un mar de información que requiere ser depurada para tomar una decisión en las urnas pero, en muchos casos, las personas obran por pasión y no con razón. Lo anterior es lo que aprovechan las campañas para manipularlos a través de noticias falsas.

Según el documental The Great Hack de Netflix, la campaña Trump no solo usó los datos de las personas para perfilarlos sino para mostrarles lo que querían que vieran usando noticias falsas. Lo anterior terminó en 5 millones de anuncios y un presupuesto de inversión publicitaria diario de 1 millón de dólares. Y es que el tema ha trascendido tanto que Mark Zuckerberg fue recientemente cuestionado, entre otros, por Alexandra Ocazio en el congreso de Estados Unidos.


A las preguntas de la congresista sobre si Facebook revisaría el contenido y lo eliminaría, Zuckerberg respondió que las personas deberían poder ver por sí mismas lo que los políticos por los que podrían votar tienen por decir.

Es decir, Facebook no retiraría anuncios que contengan noticias falsas y así las cosas, los políticos van a seguir mostrándonos lo que quieren que veamos. En su momento lo dijo Juan Carlos Vélez, la campaña del NO en el plebiscito ha sido la más barata pues apeló a la indignación con mensajes como volvernos como Venezuela en medios como radio para targets sociales específicos. Y funcionó.

¿Y Twitter?

El 30 de octubre, Jack Dorsey, CEO de Twitter anunció que esta red social no tendrá más anuncios políticos a nivel global. No es claro ante lo que ha sucedido con Facebook, Twitter haya reaccionado o haya sido una decisión planeada. No importa la razón que sea, Twitter busca que los mensajes políticos en realidad sean ganados y no constituyan una herramienta para influenciar la decisión de los votantes.


Colombia no es ajena, Cambridge Analytica tenía en su sitio web como caso de éxito a la campaña de Enrique Peñalosa así como las declaraciones de Brittany Kaiser sobre su contacto con 3 campañas presidenciales. Luego del reciente proceso electoral y con las campañas sucias entre candidatos, yo creo que el elector está muy condicionado y nunca tendrá un panorama general de la situación. Cada quien muestra lo que quiere y hace que sus potenciales electores no solo vean sino repliquen. Contrarrestrarlo es tarea de cada votante, aquí es donde cobran importancia los verdaderos medios independientes que se financian con plataformas como Patreon y ejercen una labor informativa rigurosa.